¿Qué dice ese señor de guante blanco y alta alcurnia?
Don Garabito soy, de poca casta y mucho orgullo, porque no tengo ni padre ni futuro.
En mi amanecer primero tuvo que ponerse el sol y como nací sin cuna, desde cachorro ando buscando fortuna.
Tengo el cuerpo quebrantado de la mano de palos que llevo en el costado.
¿Cómo puede ser mi mirada alegre si ando arrastrando la vida de pesebre en pesebre?
Don Garabito soy, visto un abrigo de costillas con cuatro pelos y la cola por costumbre bien pegadita a los huevos.
No me falta de nada, me sobra casi todo y lo que más, la hambre.
En invierno mi compañera es la tiritera, las pulgas en primavera y en verano, la lengua rastrera.
De mis amigos no me fío, son la mitad unos bandidos y a la otra mitad, si les das la mano un día, al otro ya no te fías.
Don Garabito soy, de noche genio y figura y de día cuatrero y sin hermosura.
Atrapo las moscas al vuelo y lo mismo duermo en cueros, arrimado a la candela, que vestido de costumbre debajo de una ventana o en el surco de la besana.
De tipo no ando mal, igual me como un calamar con lechuga que unas lentejas duras.
Don Garabito soy, Dios me dio esa condición tanto si me gusta, como si no.
¿Y qué le voy a hacer si lo mío es padecer? Arrimarme a sombra que me de cobijo o a puta que me mantenga.
¡Pero que cojones tengo!