Manuel Sánchez Alfonso

Escritor

Texto para mi querida tierra, Andalucía.

¿Por qué será que me enamoran los olivos y las encinas? Siempre están ahí, en su silencio, atravesados por el sol, a merced de sus rayos y del viento, ocultos bajo la más hermosa noche estrellada.
Tal vez el motivo por el qué me atraen tanto sea el color de sus sierras, el verde de sus ramas o el blanco de su escarcha. Pudiera ser que el motivo de mi fidelidad a esta tierra sea las crestas de sus olas espumosas rompiendo en mi arena o esa niebla puntiaguda que se clava en mis atardeceres de marisma y sal. ¿Qué se yo por qué  mis lágrimas, de cuando en cuando, revolotean como dos cigüeñas blancas y anidan en su luna? esa luna gigante hambrienta de justicia y paz.
Probablemente sea el abrazo caluroso de sus candelas en ese rinconcito del corazón donde arden los sueños.
Existe un lugar mágico en el mundo donde el tiempo se detiene. Hay un pedazo en lo más profundo de mi huerto donde crece el sauce llorón y canta el ruiseñor, que solo conozco yo. Es una especie de suspiro, un sentimiento, una emoción, un saber que me parieron en el mismo lecho donde yace la belleza y brota el amor. Es codearse con sus dorados veranos de espigas cuarteados por el sol. Es amanecer bajo sus otoños de hojarasca y umbrías pardas. Son unos labios de carmín rebuscando en mi interior, un invierno cantando un fandango que te atrapa hasta el alba o la más trepidante primavera galopando entre sus nalgas de alamedas, zarzamoras y acequias en calma.
Es la sangre que corre por mis venas, la misma que se lleva mis desconsoladas penas. Es una roja amapola, un geranio blanco o el añil de la azucena. Es su piel  morena, son sus ojos negros, su mirada perdida, la bravura de su embestida, sus pechos de jara, aquella granada rajada entre sus piernas, sus higueras, sus higos y sus brevas, sus  espárragos trigueros y su flor del romero.
Es la cal de mis paredes, el agua que me riega, es mi  bella y dulce enamorada, es mi virgen Andalucía del alma.
Es en esta tierra de brio y solera donde abrí los ojos y es bajo su manto donde morir quiero.
Que me entierren a los pies de un olivo, donde me cante la abubilla y el jilguero, que pueda yo sentir las aceitunas caer sobre mí tumba todos los eneros.

¿Te ha gustado «Texto para mi querida tierra, Andalucía.» ¡Compártelo!

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Suscríbete
Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google. Política de privacidad y Términos de servicios.

Lo último...