Manuel Sánchez Alfonso

Escritor

Borregos

Sigues estando donde mismo. Iluminas ese sórdido roalillo1 de mierda cada atardecer.

Con el ganado no hay vacaciones, son los trasquilones de la vida. Dios le da las habas a quien no las sabe roer.

Sirves de testigo a caminantes a cuatro patas que merodean al atardecer buscando esa bocanada de forraje seco, servido con cubiertos de madera, sobre fondo añil entre cercas de alambre y portera amarrada con guita de alpaca negra.

En la media tarde, cuando el sol comienza a recostarse sobre su lomo de caléndulas y reflejos dorados, las ovejas, esos rebaños de nubecillas traviesas de algodón, pastan risueñas el verde.

Tierno cantar de cencerros, sinfonía vespertina de vida y balidos de corazón. Horizonte de cobre, simientes de ternura, carreras dislocadas y ladridos descarriados. Todas a la par; unas pacen cercanas otras, solitarias, pariendo detrás.

Una tarde de mayo, como sin quererlo, nacen cuatro borregos. Cuatro placentas cuelgan y cuatro luceros maman. Cuatro son los amores y cuatro las ilusiones. Por montera, cuatro lunas llenas, un nogal en la acequia y un cerco vestido de aguas y cabañuelas. Cuatro veces cambio el cielo, cuatro borregos de lana germinan .Pasan la noche dormidos y entre sus brazos, la vida.

Balan las madres buscando, lloran los borregos su llanto…se siente la acequia regar, mira la estrella polar. Se nota sosiego y paz. Los niños se amamantan temprano, sus patitas se tambalean…y los perros bostezando.

Correteando vienen y van, en desbandada, olas de borregos de esta primavera, dándose voces en el recreo jugando al pilla pilla.

1 Rodal: Lugar más o menos grande y redondeado que, por alguna circunstancia, se distingue de lo que lo rodea.

¿Te ha gustado «Borregos» ¡Compártelo!

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Suscríbete
Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google. Política de privacidad y Términos de servicios.

Lo último...